Nota de Prensa
Ministerio de Asuntos Internos de la República de Rino Island
22 de enero de 2025

En el día de hoy, como Ministro de Asuntos Internos, me veo en la obligación de comunicar al pueblo de Rino Island la resolución adoptada el pasado 18 de octubre por el Consejo para la Defensa de la Revolución, que ha determinado la destitución del expresidente Anastasio López. Esta decisión, que fue tomada en cumplimiento estricto de nuestra Constitución y en aras de salvaguardar la estabilidad de nuestra nación, responde a las causales claramente estipuladas en el Artículo 105 de nuestra Carta Magna, y fue un paso necesario para restaurar el orden constitucional y democrático en el país.

La remoción de López se basó en tres graves causales que han sido demostradas con hechos contundentes durante su mandato:

  1. Compromiso grave del honor y la seguridad del Estado:
    Durante su tiempo en el cargo, el expresidente López dejó de cumplir con sus responsabilidades esenciales, como el nombramiento de funcionarios clave en los órganos del Estado. Además, se negó de manera reiterada a convocar al Gran Senado, lo que paralizó el funcionamiento de una de nuestras instituciones más fundamentales. Esta omisión de sus deberes comprometió directamente el normal funcionamiento del Estado y la seguridad de nuestra nación.

  2. Infracción grave de la Constitución:
    López también incurrió en un flagrante incumplimiento de las leyes al no publicar las normas aprobadas por el Gran Senado, lo que representó una violación directa de nuestra Constitución. En su ausencia, el Gran Senado se reunió de manera parcial, con solo el ministro de Exteriores, Arturo Loretti, presente, una situación que impidió la ejecución de leyes fundamentales y generó una grave perturbación de la concordia nacional. La incapacidad de López para ejecutar sus funciones y su negativa a reconocer el estado de emergencia que había declarado previamente exacerbó aún más la crisis política.

  3. Imposibilidad absoluta para ejercer el cargo:
    Finalmente, la destitución se justifica por la manifiesta incapacidad mental y de salud del expresidente López para continuar en el cargo. Los informes presentados por diversos sectores del gobierno y reclamados ante los tribunales demostraron que el expresidente actuaba sin las facultades necesarias para tomar decisiones coherentes y responsables. La serie de acciones y decretos del gobierno, a menudo impulsados por un juicio errático y desbordado, fue suficiente para que se evaluara su estado y se dictara su remoción.

El expresidente López, en su intervención durante la sesión del Consejo, no solo negó las acusaciones en su contra, sino que recurrió a una narrativa conspirativa sin fundamento, acusando a sus opositores de estar involucrados en un supuesto complot masónico-sionista. Señaló a los senadores solicitantes de su destitución como contrarrevolucionarios y los culpó de los bloqueos institucionales que él mismo había ocasionado con su inacción.

Este tipo de acusaciones, sin pruebas y basadas en teorías infundadas, son un claro intento de deslegitimar a aquellos que lo cuestionaron y de desviar la atención de los hechos concretos que llevaron a su remoción. En lugar de asumir la responsabilidad por su incapacidad para gobernar, López prefirió lanzar graves calumnias, tratando de posicionarse como víctima de una conspiración internacional.

En un intento de aferrarse al poder, López propuso medidas extremadamente peligrosas, como la disolución del Gran Senado y la declaración del estado de asamblea, lo que le habría otorgado plenos poderes legislativos y ejecutivos de manera temporal. Tal propuesta no solo hubiera alterado profundamente el orden constitucional, sino que hubiera abierto las puertas a un régimen autoritario que hubiera concentrado el poder de forma absoluta en manos de una sola persona. Además, sugirió la disolución de todos los partidos políticos opositores, acusándolos de ser "facciones sediciosas sionistas", lo que subraya la naturaleza peligrosa y antidemocrática de su propuesta.

Es importante señalar que tales sugerencias no solo son incompatibles con la Constitución, sino que también atentan contra los principios fundamentales de libertad, pluralismo y democracia en nuestra nación.

La decisión del Consejo para la Defensa de la Revolución de destituir a Anastasio López fue una medida necesaria para restaurar el orden institucional y garantizar que los principios de nuestra Constitución sean respetados. La destitución del expresidente no debe verse como un ataque a su persona, sino como una actuación legítima en defensa de la estabilidad y el bienestar de Rino Island.

Desde la designación del nuevo presidente Arturo Loretti se ha convocado de inmediato a las instituciones del país para retomar el funcionamiento normal del Gran Senado, fortalecer la ejecución de las leyes aprobadas y garantizar el cumplimiento de las normas constitucionales. Las propuestas de López han sido rechazadas de manera categórica, y el país avanza hacia una restauración del orden y la justicia.

Como una represalia absurda y sin justificación, el expresidente Anastasio López tomó la decisión de vender el sitio web oficial del Estado, propiedad que estaba registrada a su nombre y había sido financiada con sus propios recursos. En un acto de total irresponsabilidad, López afirmó que, si fuera expulsado del cargo, seguiría manteniendo el control sobre el dominio para asegurarse de que las nuevas autoridades no tuvieran acceso a él. Este comportamiento es comparable al de un niño malcriado que, al perder en un juego, se lleva la pelota para evitar que los demás jueguen. Este tipo de actitudes no solo demuestra la baja madurez política del expresidente, sino que también refleja su total desprecio por los intereses y el bienestar de la nación, buscando, incluso a través de métodos pueriles, crear obstáculos innecesarios para el correcto funcionamiento del gobierno.

La demora en la comunicación oficial de esta decisión, que ha trascendido durante los últimos tres meses, responde a las dificultades internas generadas por la crisis institucional provocada por las acciones del expresidente López. Durante este tiempo, hemos enfrentado una compleja reestructuración dentro de las instituciones del Estado, con la necesidad urgente de reincorporar a aquellos funcionarios y miembros del gobierno que, debido a las burdas acciones y bloqueos promovidos por el expresidente, se habían alejado o se habían visto obligados a cesar sus actividades. Estos obstáculos no solo retrasaron los procesos administrativos, sino que también requirieron un esfuerzo adicional para restablecer la confianza y la operatividad en las estructuras del gobierno. La recuperación de la normalidad institucional ha sido nuestra prioridad, y este proceso ha sido imprescindible para garantizar la estabilidad del país y el respeto a nuestra Constitución.

Como Ministro de Asuntos Internos, me comprometo a seguir trabajando en el fortalecimiento de las instituciones, el respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos, y la promoción de la unidad nacional para que juntos sigamos construyendo un futuro próspero y estable para todos los rinolandeses.

Adolfo Gaitán
Ministro de Asuntos Internos
República de Rino Island


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